Sobre Mí

Siempre me han gustado los idiomas y todo lo que les rodea, especialmente el aprendizaje y técnicas para retener información y manejarla a un cierto nivel. Me defino como un experimentador en el campo de la enseñanza de idiomas.  

Sabemos que la tensión juega un papel en contra de nuestra capacidad para concentrarnos. Si se tiene un alto grado de ansiedad la mente del alumno se nubla, se bloquea, es imposible el aprendizaje y la retención del lenguaje e incluso se puede llegar al extremo de que el alumno desarrolle un trauma relacionado con  el uso de la lengua.

La enseñanza de idiomas es una ciencia que está en constante evolución y por tanto se necesita invertir tiempo y recursos para desarrollar herramientas que ayuden al estudiante a ser competente en una lengua que no es la materna. Nuestro deber como docentes es proporcionar herramientas para superar este tipo de dificultades. 

Aprender un idioma lleva su tiempo. Hay que ser consciente de ello para que no se genere esa temida ansiedad que conduce al estudiante al absentismo en el aula y que, en el peor de los casos, le lleva a tirar la toalla y aborrecer los idiomas.